viernes, 10 de octubre de 2008

La solución es el avión


Pareciera ser que en estos últimos años las realidades políticas y económicas no dejan entrever una posible solución a la crisis mundial. Y más por estas horas.
La Argentina suele estar inmersa en una nube de problemas financieros que abarcan desde la inflación hasta el riesgo país. La educación y el desempleo van de la mano; o muchas veces no.
Lo cierto es que nadie garantiza nada, y términos donde el dinero es algo tan preciado, resulta ser que a los niños de hoy no los “beneficia” en nada el hecho de tener un estudio o algo en que sostener sus bases en el futuro. Por lo menos esa es la verdad que aqueja a muchos de los chicos que van a la escuela hoy en día.
Por consecuente, la pregunta a la hipótesis sería: ¿Por qué estudian?, o mejor dicho, ¿para que van a las escuelas? La realidad muestra que no solo el hecho de concurrir a un establecimiento educativo resulta poco gustoso o con poca iniciativa. Lo mismo sucede con el empleo (si es que hay). Nadie niega que en Argentina hay mucho trabajo, pero ¿empleo? Refiriendo explícitamente en esto último, se puede decir que la diferencia esencial porta apellido y ese es el de “dinero”, pero acompañado de una serie de papales que avalen cierto compromiso, palabra casi impronunciable por el momento.
Todas las sociedades se mueven en base a su economía; ahora el punto clave es, ¿el estado propone ideas de cambio para el porvenir? Sucede que los jóvenes de hoy en día se ven involucrados en los problemas que tienen que ver con las políticas tanto internas como externas del país. Y por ello, las consecuencias suscitan inevitablemente en quien comienza esta cadena; en la educación como parte instructiva y formadora de los ciudadanos.
¿El estado garantiza el hecho de que una persona por estudiar va a poder gozar de un empleo o solamente garantiza el hecho de conseguir un trabajo? Habrá que ver. Por el momento, la realidad marca que hay una cantidad de jóvenes sin empleo pero con muchas ganas de tomar un avión y partir hacia algún destino que los reciba con un sueldo, con un futuro bajo el brazo.